Las bolas por el piso

Anteanoche le dijeron a mi madre que la iban a dejar levantarse al baño con la condición de que alguien se quedara con ella. Alguien quiere decir yo.
Las comodidades eran dos sillas de plástico, de esas diseñadas para clavar sus patas en la tierra pero como son baratas la gente insiste en poner en pisos donde se terminan rompiendo porque las patas resbalan en distintas direcciones ¿Intentaron acomodarse para dormir en dos de esas sillas? Si se lo hicieran a un detenido ya las organizaciones de derechos humanos pondrían el grito en el cielo.
La otra alternativa era el piso, robé una frazada del armario del hospital, una cosa vagamente mullida que podía servir de almohada y me acomodé en una posición digna de un contorsionista entre el radiador y la cama de mi madre. La enfermera me dijo que me quedara pero que si me veían los de vigilancia iba (ella) a tener problemas. Vale, me levanté y me quedé hasta las 12 de la noche en la silla soportando a la paciente de al lado que se quedaba dormida con la versión radial argentina de Intereconomía a todo volumen (mi madre gracias a los sedantes ni se enteró) A las 12 finalmente me acuesto, se agotan los efectos del sedante y debo acompañar a la autora de mis días cada hora puntualmente al baño arrastrando el portasueros que pertenece a una era anterior a la invención de la rueda. Luego la otra paciente se despierta y apaga la radio. ¿Voy a poder dormir? No, se pone a cotillear con mi madre.
Al menos me vuelvo a tirar al piso y logro acomodar el sucedáneo de almohada en una posición casi cómoda. Pongo la radio AM, (de mis gadget el único capaz de durar toda la noche ya que por la forma que está construido el hospital no funciona la FM) y trato de elegir entre sectas brasileras que solucionan todos tus problemas por un diezmo y solteronas que buscan pareja). Encuentro un programa sobre Frank Sinatra y paso mi última hora de vigilia escuchando los fascinantes detalles de su contratación para venir a la Argentina.
Menos mal que ya se puede quedar sola porque una noche más y quedaba tarado

la vida en los hospitales acompañando a enfermos... me extraña q no haya series de television, peliculas, libros, comics, etc... es una fuente inagotable de experiencias penosas!!!

Lo peor de todo es que le puse un montón de dinero al modem 3g prepago y por la forma de construcción del hospital no había señal